TODO LO QUE NO NECESITAS PARA SER FELIZ...

4 ago 2011

EL HOMBRE ETERNO

  por Henry Goldstein

No se sabe exactamente cuando, pero se sabe que fue hace mucho. Un hombre intento desafiar el poder de los dioses. Y lo habrá hecho de alguna manera bastante enojosa y persistente, porque la más poderosa de las deidades lo condenó con el peor castigo posible... la eternidad... Es bastante sabido en mi pueblo que con los dioses, al igual que con las primas, no se jode.

Nadie supo nunca en que en que año nació, pero hay quienes dicen que cuando crucificaron al primer revolucionario, el ya hacia casi un milenio que tiraba piedras.

Dicen que vivió 200 años de gloria, gozando cada placer posible. Y que cuando el tedio hizo que el placer ya no sea placer, vivió 200 años gimiendo a oscuras.
Que inútiles fueron sus intentos de muerte, así como las suplicas y los perdones al cielo. Todos en mi pueblo saben, que los dioses son severos en sus decisiones, y así como los goleadores de raza, no perdonan.
Loco... loco vivió unos cinco siglos. Corría en harapos, a grito pelado, confesando su condición de inmortal, y se enojaba cuando alguno no le rendía culto: “Loco de mierda!”, le gritaban desde enfrente.

Dicen que en una oportunidad, los bizantinos lo condenaron a muerte. Pero que ante la imposible resolución del tramite, lo sepultaron vivo en un muro de piedras. Y que paso cien años hasta que los otomanos lo encontraron y lo dieran por muerto. Pero que de tanto tiempo para pensar se le paso lo loco.
Es sabido en mi pueblo, que la locura, así como los rezongos, se pasan reflexionando un poco.

Dicen que cuando el cuarto conde de Sandwich, invento el sanguche, el ya le daba hace rato al de crudo y queso. Que cruzo nadando el atlántico medio siglo antes que Colón lo hiciera en barco. Que en una noche de barajas, le soplo las bases del socialismo científico a Marx, después de tomarse todas las provisiones de vodka reservadas para el invierno de 1836. Y que te hablaba en los 6912 idiomas que existen en el mundo, mas otros 53 que el había inventado... en mi pueblo, ya se sabe hace rato, la importancia de saber idiomas.

Dicen, que no temía a nada salvo al propio cariño. Que tocaba la zamba como ninguno, y que dominaba cada una de las artes. Pero que nunca se regodeo de sus logros.

“Hay personas que a través de triunfos y conquistas alcanzan la eternidad en la memoria colectiva. Yo por otro lado, a través de la perseverancia de mi inmortalidad es que consigo algunos logros efímeros. Entonces, ¿desde que posición puedo enorgullecerme?”

“Hace ya mucho que me propuse conocer cada átomo del mundo. Pero el mundo es grande, y hay muchas cosas dentro. No alcanza la eternidad para conocerlo todo”.

“Una vida sin muerte, es la muerte en vida”

Dicen que sin querer se enamoró, y que agradeció ser eterno... que al fin había valido la pena lo esperado. Pero que en un tiempo sin fin, un amor de 46 años, es apenas un suspiro.
Dicen que la verdadera soledad aparece cuando despedimos a un ser querido, y no, cuando nos encierran cien años entre ladrillos. Ahora entiendo el porque de su mayor miedo.

Dicen que a los pocos años murió de pena...
Algunos prefieren pensar que obtuvo el perdón del cielo. Pero es sabido en mi pueblo que los dioses, al igual que los goleadores de raza, no perdonan.
Dicen que el amor, es más fuerte que la voluntad divina... habría que preguntar por mi pueblo si ha de ser verdad.

H.G.